Son muchas las maneras de viajar mejor. Tal parece ser la consigna que, en los últimos años, ha impulsado la ambiciosa diversificación de experiencias de mejoramiento personal que encontramos alrededor del mundo. Si en 2017, el Global Wellness Institute ya reportaba un valor de 639 mil millones de dólares y un crecimiento que, entre 2015 y 2017, duplicó al del resto de la industria, el surgimiento de una pandemia y la consolidación de la salud y el fortalecimiento físico y mental como una de las principales consideraciones de los viajeros a la hora de planear sus aventuras se han encargado de convertir al bienestar en uno de los principales motores del turismo post pandemia.
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De acuerdo con la misma organización, el turismo de bienestar logrará una tasa de crecimiento anual de 21%, lo que representaría un mercado de más de un billón de dólares para 2024 pero, más importante aún, el desarrollo de nuevos programas diseñados para atraer a cada vez más visitantes que quieran convertir sus travesías –de relajación, de aventura, culturales, familiares y hasta profesionales– en oportunidades para trabajar en su salud.
Wellness en crecimiento
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Algunas de las tendencias que regirán los viajes de bienestar este año.
El camino de la ciencia
Cada vez es más común encontrar destinos y resorts que han reimaginado sus programas de bienestar y menús de spa para incorporar los adelantos médicos y científicos más recientes. Un ejemplo es Aman New York, inaugurado en agosto del año pasado, que ofrece estudios para diagnosticar factores como la salud cardiovascular y cognitiva de sus huéspedes y personalizar sus tratamientos.
Bienestar profesional
El turismo de negocios, convenciones y de incentivos, uno de los segmentos más afectados durante la pandemia, echa mano de la creciente popularidad de los proyectos de bienestar para trazar un futuro en donde los viajes de trabajo no signifiquen la interrupción de las prácticas de salud de los huéspedes, sino que más bien aprovechen la visita para incrementar el valor de la travesía.
Colección de retiros
Al tiempo que las fronteras del turismo de bienestar se fracturan para admitir nuevas definiciones y más experiencias, uno de sus estandartes también se transforma: hoy, los retiros de varios días pueden estar dedicados a tratar duelos y diferentes tipos de adicciones; a entrar en contacto con plantas y animales como una forma de terapia, o a adoptar nuevas dietas con programas rigurosos.
En el mapa
Tres destinos que refuerzan su oferta de experiencias de bienestar.
Propiedades del desierto
Entre los bosques que descienden por las laderas de la Sierra Madre Occidental y el desierto que se extiende hacia el norte, Durango –el cuarto estado de mayor extensión en el país pero el 31 en densidad de población– es un paraíso en donde los ríos, las cascadas y los cañones resultan perfectos para un viaje en la naturaleza y lejos de los estímulos citadinos.
Riqueza del norte
Si bien, históricamente, la región de Nueva Inglaterra, en el noreste de Estados Unidos, no había destacado como un destino de bienestar, hoy, una serie de spas y resorts que se han popularizado en los centros urbanos cercanos, como Boston y Nueva York, lo han colocado en el radar de los viajeros que encuentran en las costas del Atlántico el escenario perfecto para empezar su viaje de sanación.
Al atardecer
Sujeto a su ecosistema, sujeto tanto al mar como al desierto, Marruecos se está convirtiendo en uno de los grandes destinos para el turismo de bienestar. Su tradicional hammam –como se le llama a sus baños públicos– es el punto de encuentro entre su profunda cultura y sus prácticas de rejuvenecimiento.