Peña de Bernal no requiere introducción, pero sí ser vivida. Este rincón con el distintivo de Pueblo Mágico en Querétaro es de los más atractivos del territorio nacional. A unas tres horas de la capital mexicana, ofrece un entorno acogedor, platillos típicos y una atmósfera especial que invita al descanso y a la aventura.
Entre su arquitectura de tonos vivos, senderos de piedra y la imponente formación rocosa que domina el horizonte, Bernal conquista a quien lo visita. Es un destino perfecto tanto para compartir en pareja como para pasarla bien con familia o compañeros. Tiene el equilibrio justo entre tranquilidad y opciones variadas para descubrir sin apuro.
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Explorar sin un plan definido es una excelente manera de comenzar a conocer el lugar. El área principal está repleta de pequeños comercios que venden piezas hechas a mano como rebozos, tejidos de lana, piedras energéticas y ópalos. También hay sitios ideales para sentarse, tomar algo fresco o disfrutar de un café. Cada espacio tiene un encanto especial que merece una instantánea para el recuerdo.
Para quienes buscan emociones intensas, hay opciones que suben el nivel de emoción. Ascender la Peña de Bernal es una actividad clásica que no puede faltar. Aunque pocos logran alcanzar el punto más alto, los primeros pasos del recorrido ya brindan panorámicas increíbles del entorno y del paisaje de Querétaro.
¿Qué hacer en Bernal?
Peña de Bernal es considerado el tercer monolito más grande a nivel mundial, y explorarlo representa una vivencia que combina contacto con el entorno, relatos ancestrales y cierta exigencia física. Es posible llegar hasta un punto panorámico utilizando cuatriciclos o a pie, y desde ese sitio se continúa por caminos de piedra. Para alcanzar lo más alto, es indispensable contar con elementos técnicos de seguridad, aunque cada etapa del recorrido ofrece una recompensa visual inigualable.
Lo ideal es iniciar la caminata por la mañana para evitar las horas de mayor calor. Es fundamental usar zapatillas adecuadas, llevar hidratación y algo liviano para comer, y dejarse llevar por la energía especial que, según muchas personas, aún permanece en este sitio venerado por los antiguos chichimecas.
Lo más bonito de este pueblo mágico
Una vez que termines el recorrido a pie, lo mejor es adentrarte en el corazón del pueblo. Acércate a conocer la Parroquia de San Sebastián Mártir, considerada una de las construcciones religiosas más antiguas de la región, y continua tu paseo por El Castillo, una casona de estilo colonial del siglo XVII que hoy alberga una exposición de máscaras tradicionales.
Tampoco puedes marcharte sin saborear las clásicas gorditas hechas con maíz quebrado ni dejar de probar los postres a base de leche de cabra. En el Museo del Dulce, se puede observar el proceso artesanal con el que se crean las natillas y obleas que caracterizan a esta localidad. Y si quieres sumar otra experiencia, participa en una degustación en alguna bodega de la zona o disfruta de una sesión de temazcal en un centro de bienestar.
Cuando cae la noche, una actividad imperdible es contemplar el show de aguas coreografiadas que se presenta cada fin de semana en la plaza central. Para terminar la jornada, elegí un hospedaje con vista directa a la Peña. Existen alternativas desde 800 pesos por noche que te permitirán cerrar tu visita de forma inolvidable.
Preguntas frecuentes sobre Bernal
- ¿Dónde queda Peña de Bernal?
En el municipio de Ezequiel Montes, Querétaro, a 3 horas desde CDMX.
- ¿Cuánto cuesta subir a la Peña?
La entrada general cuesta $30 pesos; niños y adultos mayores no pagan.
- ¿Qué comer típico?
Gorditas de maíz quebrado, natillas de leche de cabra y barbacoa.
- ¿Cuáles son los imperdibles?
Subir al monolito, Museo del Dulce, El Castillo y la Parroquia.
- ¿Hay actividades nocturnas?
Sí, fuentes danzarinas los fines de semana en la plaza principal.