Los Pueblos Mágicos de México son algunas de las joyas más representativas de las bellezas de nuestro país, gracias a sus encantos naturales, a las bonitas construcciones antiguas y a las modernas, además de las tradiciones y aspectos culturales como las artesanías que, en muchas ocasiones, se convierten en favoritas del turismo, estas comunidades con encanto son ideales para escapar junto a toda la familia.
Uno de estos bellos ejemplos es este destino ubicado el el Estado de México y que es catalogado como el Pueblo Mágico más pequeño del país, pequeño en tamaño, pues es grandioso en cuanto a las bellezas que reciben a los turistas, y sus obras artesanales son increíble maravillas hechas a base de barro que deslumbran por sus colores, su perfección y a la tradición que representan y que ha pasado de generación en generación hasta perfeccionarse.
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Metepec, el Pueblo Mágico más pequeño con una tradición artesanal única
Metepec de ubica en el corazón del Estado de México, donde la tradición artesanal de Metepec y el compromiso de los maestros en estas artes llega a tal nivel que dentro de este Pueblo Mágico cuentan con un Centro de Desarrollo Artesanal, donde los visitantes pueden conocer el proceso de elaboración de los productos del barro, de cuca voz de los artesanos quienes cuentan sus mejores experiencias, así como las etapas en que se desarrollan estos imperdibles productos y las técnicas de elaboración de las diversas figuras.
Entre los productos más destacados que puedes encontrar en tu viaje ir Metepec y en especial en el mercado artesanal se encuentran las piezas de barro natural pintado o vidriado que puedes encontrar en macetas, floreros o cazuelas, así como las catrinas, los soles y lunas, las bellas sirenas sin dejar de lado uno de sus productos estrella, los Árboles de la Vida que son reconocidos y admirados a nivel internacional, frescas a la técnica y belleza con la que están hechos.
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Otros atractivos de Metepec
Una vez admiraste las bellezas del Pueblo Mágico más pequeño de México, puedes dirigirte a sus increíbles parajes naturales, como el Parque Ambiental Bicentenario, el Parque Ecológico Zacango, o la Plaza Benito Juárez. Puedes conocer sus increíbles calles adoquinadas y sus construcciones más icónicas como la fuente de la Tlanchana y el mural en los jardines del Calvario, sobre una bicicleta, además de recorrer la Plaza de los Magueyes y los corredores artesanales.