Los recorridos por cada rincón de este país nos dejan maravillados y exisen varios puntos cercanos a nuestra capital, donde las tardes se hacen más amenas y podemos conocer algunos rasgos representativos de México a través de sus costumbres, tradiciones, sabores culinarios, sus artesanías y al dialogar con sus habitantes, quienes están dispuestos a compartir con nosotros, momentos inolvidables.
A sólo dos horas de camino por carretera de la Ciudad de México, se encuentra un lugar enigmático y fascinante, el sitio donde puedes entrar a “La Casa del Diablo” y conocer México a través de sus leyendas, historias de horror o relatos mitológicos donde los seres de otros mundos, buscan la forma de estar en contacto con los seres humanos, lugares extraños a los que puedes viajar en tus días libres o cualquier fin de semana.
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¿Cuál es el Pueblo Mágico donde puedes entrar a “La Casa del Diablo”?
Cerca de la capital de nuestro país, se localiza una antigua vivienda que ahora es conocida como “La Casa del Diablo”, un lugar que se encuentra dentro de la comunidad San Luis Tehuiloyocan, en el estado de Puebla, más específicamente dentro del Pueblo Mágico de San Andrés Cholula, un sitio conocido por contar con la pirámide más grande del país y del mundo.
Durante varios siglos, se creía que esta casa había desaparecido, pero gracias al trabajo del investigador, el Dr. José Antonio Terán Bonilla, se pudo saber que aún sigue en pie y además de ello, esta estructura era utilizada con el fin de practicar algunas misas negras y era un punto clave de reunión para realizar ceremonias de culto a Satanás.
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¿Cómo es “La Casa del Diablo”?
Este espacio fue descubierto en el año 1979, cuando el investigador realizaba trabajos en un proyecto de rehabilitación de la plaza pública de San Luis Tehuiloyocan, junto con la restauración de su vía crucis y logró identificar una casa muy extraña en la zona, que funcionaba como una capilla privada, una construcción bastante atípica con una fachada exterior muy parecida a las demás casas del pueblo.
Sin embargo, al cruzar el pórtico, puedes encontrar una serie de figuras poco comunes para la época, entre las que destaca un mural fachado en 1760, que estuvo policromado y cuenta con algunas inscripciones elaboradas en mosaico y alineamientos de pequeñas piedras. En el mural se destacan las figuras de monos antropomorfos que flanquean la entrada de la casona, que parecen estar vivas.
Dentro de este mural, los monos llevan un sombrero rematado por una cruz y delante de ellos, se aprecian unas formas similares a los alteares y encima de ellas, unos recipientes envueltos en llamas, dando la idea de una especie de ritual, donde también se aprecia un círculo doble con seis puntos, un símbolo que está asociado a las celebraciones de las misas negras.
En cuanto a los monos, estos se relacionan con la personificación de los súbditos del demonio, que hacen burla de los sacerdotes católicos cuando celebran las misas y debajo de ellos, podemos notar una especie de inscripción escrita en castellano, alusiva a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, con anagramas de Jesús y José, símbolos de la Pasión, la barca y más figuras infaltables en los ritos satánicos.
Aunque no se sabe exactamente quién fue el autor de este mural, el experto investigador Terán, afirma que debió ser un profesional experto en magia, pues la posición de este diseño, se hizo bajo las indicaciones y panta arquitectónica sugerida por los liturgistas y vírgenes durante el periodo barroco, un sitio que fue lugar de reuniones satánicas entre los habitantes del poblado que ahora se encuentra en malas condiciones.