En plena Sierra Madre Occidental, en el corazón de Jalisco se extiende Tapalpa, el Pueblo Mágico que resguarda una cascada de más de 100 metros de altura, inmersa entre la vegetación serrana. Este pueblo armónico, sereno y de ambiente tranquilo fue conocido como "la tierra de colores". Aquí, el aroma a pino inunda las calles adoquinadas que serpentean entre los caminos ascendentes y que conducen a hermosas edificaciones coloniales.
Este Pueblo Mágico está a dos horas de Guadalajara en una zona conocida como la región Lagunas. Su fama, se ha incrementado por la diversidad de actividades ecoturísticas, sus zonas boscosas, sus escenarios naturales, perfectos para desconectarse de la ciudad y por los misterios que encierra su Valle de los Enigmas, un paraje con piedras monumentales y con formas caprichosas.
Te podría interesar
Cuál es la cascada de más de 100 metros de altura
El Salto del Nogal es la cascada de 102 metros de altura que resguarda el Pueblo Mágico de Tapalpa. Es una imponente caída de agua en la que se puede hacer rapel y escalada y en sus alrededores también se puede hacer bici de montaña, hacer senderismo. Su caída se forma con el cauce de un río en el que se puede pescar y pasear en lancha. Además tiene una poza natural perfecta para refrescarse mientras te relajas en medio de la naturaleza.
Esta cascada está 18 km al sur de Tapalpa y se puede llegar en auto o por medio de un tour, si contratas a un guía en las oficinas de turismo municipal ubicado en el centro del pueblo. El recorrido incluye una visita al Valle de los Enigmas, también conocido como Las Piedrotas, ubicado a 4 km del pueblo. Este paraje repleto de piedras monumentales es ideal para recorrerse en bicicleta de montaña o caminar por sus senderos enclavados en el bosque.
Te podría interesar
Qué hacer en Tapalpa
Entre laderas y valles se asoman los templos y edificaciones blancas con techos de teja roja que contrastan con el verde de los bosques que lo rodean. No te vayas del pueblo sin caminar por el centro para conocer su arquitectura, entre sus construcciones más importantes están la iglesia de San Antonio, la capilla de la Purísima, la fundidora Ferrería de Tula, que durante años fue el motor de la economía y a hacienda de la Media Luna, un escenario que sirvió de inspiración a Juan Rulfo para escribir su novel "El llano en llamas", incluso ahí se realiza el Festival del Llano en su honor.