TRAVESÍA SONORENSE

Puerto Peñasco, el destino sonorense que combina aventura, lujo y naturaleza

Considerado un paraíso, este destino acoge una reserva declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco

Puerto Peñasco.un destino que tienes que visitar Créditos: Shutterstock
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El mar de Cortés y el desierto de Sonora abrazan un paraíso que combina aventura, lujo y naturaleza: Puerto Peñasco, reconocido por sus playas cristalinas y por ser la puerta de entrada a la Reserva de la Biosfera El Pinacate y Gran Desierto de Altar, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Se encuentra a tres horas con 30 minutos por tierra desde la ciudad de Mexicali. Si estás planeando una escapada a este destino te recomendamos que sea entre los meses de febrero y mayo o de septiembre a diciembre, cuando el clima es más fresco.

Puerto Peñasco es un destino cosmopolita que concentra lujosos complejos hoteleros, centros comerciales, restaurantes exclusivos y campos de golf.  Sin embargo, aún conserva calles de su antiguo pasado pesquero, como Calle 13, mejor conocida como “Tijuanitas”. Esta pasarela urbana comprende pequeños bares y tiendas de artesanías mexicanas mientras que de día, se hacen paseos en bicicleta o carritos de golf, mientras que de noche, es el punto neurálgico de la vida nocturna de Puerto Peñasco.

Qué hacer en Puerto Peñasco

Puerto Peñasco es un paraíso que se localiza en el noroeste de Sonora, muy cerca de Baja California, es un destino vibrante que conjuga lujo, naturaleza y aventura, el corazón del pueblo es la calle conocida como "Tijuanitas" desde donde se puede llegar al malecón Fundadores y ver el paso del “Rey de Mar”, el  barco que navega por la bahía con servicio de alimentos y bebidas. Un punto obligado es la Isla San Jorge, ideal para deportes de aventura, desde vuelo en avión ultraligero hasta esquí acuático.

Una imperdible son sus playas de oleaje suave bañadas por el Mar de Cortés, en las que se puede hacer esnórquel, paddle board, paseos en kayak y bucear para descubrir la fauna submarina. Otra forma de disfrutar del agua, es emprendiendo un paseo en bote por sus esteros, como el de Morúa, por la Isla San Jorge, por sus granjas ostioneras o para avistar ballenas en temporada invernal. Los cetáceos incluyen a Puerto Peñasco dentro de su ruta migratoria.

La Reserva de la Biósfera del Pinacate y Gran Desierto de Altar es un lugar mágico enclavado en medio del desierto sonorense donde la historia de miles de años dejó huella con increíbles cráteres, aquí habitan al menos 40 especies de mamíferos, 200 de aves, 40 de reptiles, además anfibios y peces de agua dulce, también resguarda especies en peligro de extinción como el berrendo, tortuga de Sonoyta y el monstruo de Gila. Fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO

Puerto Peñasco. Foto: Turismo Sonora.

También se puede visitar el museo Schuk Toak, ubicado a 27 kilómetros de la carretera a Sonoyta, este Centro de Visitantes cuenta con una museografía interactiva con pantallas donde se proyectan documentales sobre la historia y belleza del escudo volcánico, flora y fauna de la Reserva del Pinacate, cuenta también con senderos interpretativos en el exterior de este edificio el cual es la construcción pública más grande de todo el país que funciona con energía solar.

Hay que dar un paseo por la Calle 13 también conocida como “Tijuanitas”, es la calle con mayor afluencia vehicular durante los días vacacionales tanto de turismo nacional como extranjero, en esta avenida puedes encontrar gran variedad de  hoteles, restaurantes, bares, además es la principal calle que conecta el centro de la ciudad con el área hotelera y con el malecón Fundadores, que es por tradición es un punto de encuentro y un lugar emblemático desde donde podrás admirar la grandeza del Mar de Cortés.

Un emblema de Puerto Peñasco es Playa Bonita, ahí se encuentra el primer hotel que se instaló en la localidad, en este sitio se pueden rentar vehículos todo terreno para realizar una travesía al desierto, en un recorrido de una o dos horas, si prefieres, también puedes quedarte a disfrutar las vistas a la orilla del mar, pues el tono del agua contrasta con el de la arena y el desierto y crea el marco perfecto para las fotografías. Ahí se ofrecen diversos servicios como renta de camastros y paseos en banana.